JURADO FESTIVAL INTERNACIONAL PIÉLAGOS EN CORTO 2022
Observar… mirando en lo más profundo de cada director/ra… en su intención, su juego y su manera de contar una historia. Así es como he viajado con ell@s, abriendo bien los ojos y metiéndome en lo más profundo de cada historia. Imaginando sus inicios, tratando de entender el por qué y disfrutando de la creación audiovisual por encima de todo.
Verlos me ha supuesto recorrer conflictos sociales que no hemos superado, luchas constantes de tolerancia, de igualdad… otras, luchas internas, miedos… estados confusos de existencia e incluso historias sencillas que nos acompañan en la vida.
Parece como si de alguna manera mágica formásemos parte de esas historias que un día se escribieron, tal vez, en una hoja en blanco, con algún tachón o duda y con muchas ganas de crecer… para hacerse fuerte y grande, o lo que es mejor, simplemente, hacerse realidad.
Esa tarde todo parecía torcerse, nada encajaba, todo partía de dentro, del centro y eso, se notaba fuera.
Dudas entre colores, formas y alturas. Calzado adecuado, un vestido para la ocasión, una joya, un peinado diferente y la raya del ojo más marcada.
Yo, escondida debajo. Debajo de poca naturalidad y debajo también de mí.
Es curioso como esa tarde, mi Yo, rotundo me recordó la importancia de este evento.
El arte, la cultura y la Humanidad por encima de todo… pero tardé en darme cuenta. Solo cuando regresé a casa y volví a mirarme en el espejo, entendí quién era yo.
Cerré la puerta de casa, segura. Tal y como quería ir, por dentro y por fuera. Dejando allí algo de miedo y algo de seguridad que luego me haría falta, pero ahí se quedaron, en el cajón del mañana, del después.
Pero mi relación con la alfombra roja, fue preciosa. Daba igual los zapatos no llevados o el vestido más o menos arrugado, el bolso no me pegaba nada, lo sé.
Lo importante era pisar por primera vez esa alfombra ROJA. ROJA de emoción, de pasión, de lucha, un camino nuevo de ocasiones para conocer, para conocerme… Un camino hacia el cine, más pequeño y más grande. De alguna forma me acercaba más a esas historias que en el estudio había entendido observándolos meticulosamente para el Festival.
Viajé en sueños, entre las directoras de los cortos que había visto, capté parte de su esencia, de sus por qué. Descubrí cosas nuevas y me alegré de haber dado ese primer paso a la alfombra roja.
De mi aparición en el escenario, mejor no hablamos, o sí. Cargué mi atuendo improvisado de dudas, miedo y mucho calor, jajaja Pero estuve.
Me preparé los nombres de los nominados, sus obras, ensayé como mirar al público como vocalizar, memoricé cuatro frases en inglés por eso de que era internacional. Pero a la hora de la verdad… un tímido e improvisado alegato por la mujer en el cine y poco más…
Solo 5 pasos nos separaban del escenario, Nacho chocó mi mano en un gesto de amistad que me calmó por un momento. Compañerismo y cercanía, tal vez pensé que con él todo sería más fácil, y así fue.
- Suerte.
(La iba a necesitar)
Esos pasos nos acercaron al atril, donde nos esperaban cientos de personas y 5 ó 6 focos directos a los ojos que no me concederían ni un segundo de duda.
– El premio Costa Quebrada a la Mejor Dirección Novel Nacional e Internacional es… NO VIENE NADIE.
Pasó rápido, eso es lo bueno, pero he de deciros que a pesar de todo, me acercó a todos de una manera mágica.
Por un momento dejé de ser un espectadora/observadora a SER…
Y es que había tantas cosas buenas por las que ESTAR que nada podía estropearlo. Se hablo de mujeres, de conflictos, de posicionamiento, de invertir, de Ucrania…
Escuchamos muchas voces: cantadas, más altas, más bajas, suaves, dudosas, emocionadas, de otros países, de mi Extremadura querida, de aquí y de allí… VOCES diferentes…
Gracias al Festival Internacional de Piélagos en Corto por contar con La Asociación LA PACCA para acompañaros en esta preciosa NOCHE DE CINE en Cantabria.
Sara Fortuna.