- noviembre 21, 2024
Parece mentira que salir de nuestra rutina, de nuestro entorno conocido nos ayude tanto a nuestra supervivencia.
Cuando nos disponemos a emprender un viaje, la propia palabra «emprender» nos indica un poco lo que esto supone. En la vida emprendemos multitud de viajes. Hace un puñado de pocos años, como unos 100, emprendían nuestros antepasados no muy lejanos, viajes en busca de la más pura supervivencia humana, cogían por primera vez un barco, un tren … con apenas una maleta y lo más preciado que tenían, los recuerdos y muchos, las ganas de volver… América, Alemania, Francia, Inglaterra… sin saber idiomas, muchos sin saber escribir, ni leer, todos sin saber… que iba a pasar… imaginaos sus caras al llegar a New York, ¿sentirían la emoción del viaje? ¿Sonreirían al ver lo lejos que están de sus casas? ¿Sentirían la aventura de viajar? Puede que sí…
Hoy en día nos quejamos porque sólo podemos ir de fin de semana con una maleta, tal vez no hayamos podido meter, tres o cuatro conjuntos a la moda… no lo critico… es la vida… Ellos/as sufrieron viajando para que hoy en día podamos disfrutar de viajar como una aventura, como una nueva manera de ver cómo viven otros… pero, eso… lo consiguieron ellos. Hoy viajar, es un entramado de sitios a donde ir y escaparates por descubrir. Pero es curioso la falta de empatía y como nos acostumbramos a ver a los otros desde nuestras gafas de europeos, aventureros, cosmopolitas e intrépidos viajeros por el mundo con la cartera llena de seguridad y return. Ja Ja.